Hoy no parábamos de mirar por la ventana. Algo, a lo que no estamos acostumbrados, ha ocurrido esta mañana: ¡HA NEVADO!
Y claro, como no es algo habitual, pues no parábamos de dar paseos a la ventana para ver cómo iba cuajando la nieve en nuestro arenero.
Para no mojarnos, pero poder experimentar con la nieve, Rocío salió al patio a por un poquito de nieve. Teníamos claro que se derretiría con el calor y se convertiría en agua.
Por lo que hemos decidido hacer un pequeño muñeco de nieve con materiales de la caja del otoño que aún teníamos.
Estábamos muy orgullosos de él y hemos decidido sacarlo a la ventana para poder enseñárselo a nuestros padres antes de que se derritiera.
¡Por cierto! Momo, el pelele, ha vuelto a hacer de las suyas y nos pide que mañana llevemos la cara pintada para convertirnos en un ser mágico.
Qué bonito el muñeco!! Me encanta!!!
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